La Biblia no es un libro que trate específicamente sobre joyas, pero se mencionan en varias ocasiones en el Antiguo y Nuevo Testamento. La joyería era muy común en la época bíblica, y se usaba tanto para ornar el cuerpo como para demostrar riqueza y estatus social.
Orígenes de la joyería en la Biblia
Las joyas se mencionan por primera vez en Génesis 24:30, cuando Abraham envía a su siervo a encontrar una esposa para su hijo Isaac. El siervo lleva consigo «una media docena de brazaletes de oro, y dos pendientes para sus orejas, y una nariguera de oro» para ofrecerle a la mujer que eligiera a cambio de su mano en matrimonio.
En Éxodo 35:22, se menciona que los israelitas trajeron ofrendas para la construcción del tabernáculo, y entre ellas se encontraban «aronitas hechas de oro y de plata, y brazaletes, y anillos, y pendientes». Aarón, el primer sumo sacerdote, llevaba un pectoral con doce piedras preciosas en representación de las doce tribus de Israel.
El simbolismo detrás de las joyas en la Biblia
En la Biblia, las joyas no solo tenían un propósito estético, sino que también se usaban como símbolos de diferentes cosas. Por ejemplo, en Ezequiel 16:8-14, Dios compara a Jerusalén con una mujer a quien él viste con «ornamentos, y le puse brazaletes en sus manos, y un collar sobre su cuello, y un anillo en su nariz, y zarcillos en sus orejas, y una hermosa diadema sobre su cabeza». Esta imagen se usa para representar la relación de Dios con su pueblo y como un recordatorio de que Dios les había dado todo lo que tenían.
En Proverbios 31:10-31, se describe a una mujer virtuosa como alguien que se viste con «prendas de lino fino y púrpura», y que lleva puestos «adornos de oro». Estos detalles se usan para representar su éxito social y económico, y para demostrar que ella es apreciada y valorada.
Advertencias sobre el uso excesivo de joyas en la Biblia
Aunque las joyas se usaban ampliamente en la época bíblica, también se advertía sobre el peligro de la vanidad y el materialismo excesivo. En 1 Timoteo 2:9-10, se les dice a las mujeres que «no se adornen con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos», sino que deben enfocarse en cultivar un espíritu humilde y piadoso.
En Santiago 2:1-5, se advierte a los cristianos contra la preferencia por las personas ricas y con joyas en detrimento de los pobres. Se les recuerda que Dios no muestra favoritismo, y que los cristianos también deben tratar a todos con amor y respeto, independientemente de su estatus social.
Conclusión
A pesar de que no existe una enseñanza específica sobre las joyas en la Biblia, su uso se consideraba de gran importancia en la época bíblica. Las joyas se usaban como un medio para demostrar estatus social y riqueza, pero también se veían como un recordatorio del amor y la providencia de Dios. Aunque la vanidad y el materialismo excesivo estaban desaconsejados, el uso moderado y decorativo de joyas era aceptado y apreciado.